lunes, 15 de noviembre de 2010

Aquella noche me despertaron las hélices de un helicóptero. Vienen a por nosotros...
gritos
sangre
golpes
Nos están desalojando.
Nos secuestran.
Nos hacen desaparecer.
Nuestro asentamiento ha sido destruido. Borrado de las áridas praderas del desierto. Si nos quieres encontrar busca los incendios, el caos, los heridos...
Todo ha sido reducido a nada más que escombros, gritos de angustia y desesperación.

Aun puedo sentir el calor de una arena manchada de sangre.

Aun puedo sentir el dolor del Sáhara.

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