martes, 1 de junio de 2010


Una vez caminaba por la calle, cuando sin pensar di una patada a una lata vacía. El sonido de produjo fue muy fuerte, más de lo esperado, asi que como un astronauta saliendo de la nave en un planeta desconocido, le asesté otra patada y la desplacé varios metros, a la vez que esta produjo un gran sonido.
Sin más seguí caminando y analizando ese simple hecho como si hubiese encontrado el mayor descubrimiento de la humanidad.

PATADA + LATA VACIA = SONIDO FUERTE.

Esa es la teoría.
Toda la tarde sin saber porque me la pasé analizando el suceso, no había nada importante en el, nada extraordinario, nada escandaloso salvo aquel ruido.
Según fui caminando vi como un grupo de adolescentes se arremolianaba en un parque dando voces, con su música agonizante a todo volumen, como si la tierra fuese suya. Me detuve, observé con cuidado, ya que una mirada detenida hacia esa gente es como una amenza a su especie y un ataque sin razón puede surguir de la nada.
Seguí camiando.
Unos cuantos metros más adelante y 10,36 minutos después vi como en un paso de peatones un coche habitado por un par de niñatos con la música apunto de reventar el chasis pasaba a gran velocidad asolando cualquier otro sonido.
Una madre gritaba a su hijo por soltarse de su mano, no vi la lógica.
Tampoco vi la lógica en los gritos injustificables de una panda de adolescentes que aun creen que ser un triunfador en la vida es tener 12 suspensos, una moto y haberse tirado a todo lo que se mueve.
Vi un par de "musicuchos" que han llegado a la fama despues de abandonar su infancia, vender su dignidad junto con su alma y acompañándola de un subidón de fama que les hace olvidar que son unos pobres desgraciados que nunca entenderán el significado de la palabra necesidad.
Cada día tengo que soportar miles de mentiras, insultos camuflados y promesas que jamás serán cumplidas por los políticos que se encargan de ser oidos, pero no de oirnos.

En todo el camino, vi como en una media de 5 bancos de 10 había un grupo de ancianos, todos callados, apenas emitían algun sonido que no fuese el de su costosa respiración.
Vi un grupo de poetas escribir en una mesa de parque, en silencio tan solo sintiendo las vibraciones de su boli sobre un cuaderno.
Observé como un chaval repetía interiormente la canción que componía.

La lata estaba vacía y hacía mucho ruido.
Quizás las personas, como las latas, solo hagan ruido cuando su alma y su corazón estén vacíos.

Llenad las latas de alrededor.

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